jueves, 17 de junio de 2010

Decepción y fracaso

No es el titular del día después de que España pierda contra Suiza en el mundial de fútbol.
Como cada mañana, hay noticias que van marcando tu humor, agriando tu sonrisa, hasta que te dejan exhausto de pena, dolor y, sobre todo, de decepción al acabar el día.
Sobrevuela sobre mí la sensación de fracaso, de haber hecho todo mal, porque si no, no se comprende cómo aún las fronteras siguen siendo focos indestructibles, con muros que van creciendo cada día con el alimento que les proporciona el dolor de tantos, y siempre inocentes.
Es irrisorio que la noticia que habla sobre la benevolencia de Israel al permitir el paso de alimentos en Gaza, sea noticia. Y triste, tristísimo, que el conflicto entre culturas se salde con la vida de un centenar de personas en pocos días, se cometan violaciones y todo tipo de vejaciones ante la mirada impasible de quienes gobiernan.
El sistema ha fracasado, pero la decepción siempre vuela en las bajas esferas, es el sentimiento que genera perder el primer partido de un mundial, pero no cala en los grandes dirigentes del mundo.
De lo contrario, quizás las cosas empezarían a cambiar. Sentir decepción ante el trabajo mal hecho puede ser el revulsivo para que el panorama deje de ser desolador.

miércoles, 9 de junio de 2010

Llegó la lluvia pero nada cambia


Me declaro en huelga de pensar, de discutir, de debatir y de recordar.
Hoy siento una gran impotencia hacia la posibilidad de lograr cambios. Mi espíritu inconformista choca irremediablemente con mi deseo de sosiego y despreocupación, más propio de una personalidad conservadora.
No sé hacia dónde ir o a quién acudir. ¿Quién sabe dónde reside la plataforma que consiente el abuso? ¿Qué número de teléfono tengo que marcar para que me informen acerca de la permisividad del control global del mundo? ¿Alguien sabe la dirección URL de la web que recoge firmas para dejarnos llevar por el falso progreso?
Hago un llamamiento a las musas de la inspiración, para que me aclaren de una vez por todas si merece la pena seguir dando palos rebeldes de ciego o si por el contrario, cualquier esfuerzo es vano para cambiar nada....
La lluvia sólo me recuerda que llueve sobre el mismo suelo mojado y que tampoco tiene fuerzas para arrastrar la mugre que se acumula, legislatura tras legislatura.