lunes, 10 de octubre de 2016

Aprendiendo de ti

Y yo, que siempre ando buscando la nueva idea, la respuesta a la duda infinita, el asombro por lo que descubro cada día, me topo contigo, el repartidor de lecciones...

Contigo he aprendido que la noche empieza y acaba cuando uno quiere y no cuando lo marca la Luna.

Que las pelis, buenas o malas, se ven por capítulos (no sólo las series).

Que las patatas fritas de bolsa son una guarnición que casa con casi todo.

Que la ropa interior se tiende en un lugar estratégico de la cuerda y que se puede ceder siempre, por muy cabezota que sea uno.

Me gusta que me enseñes a lavar las deportivas, a colarme de forma frustrada en una pista y, que con una sonrisa, se puede conquistar a quien sea y que todo sale mejor, hasta el peor de los días.

Quiero que me enseñes nuevas canciones, a elegir las mejores piezas de carne y a ponerme en el lugar del otro sin descuidar el mío.

Me gusta aprender de ti cómo no te cansas de aprender.

Me enseñas lo importante, las cosas más absurdas y las malas también. Y todas me gustan.

Me gusta aprender de ti hasta las cosas que ya sé.